El estrés es una reacción natural de tu cuerpo ante un peligro que acecha. Un mecanismo natural de defensa para reaccionar rápidamente ante situaciones que supongan una amenaza vital.
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El problema es que seguimos activando este circuito aunque ya no haya depredadores en la zona de los que tengamos que huir ni con los que tengamos que luchar.
El problema no es sentir estrés, sino que tu respuesta al estrés no es tan breve en el tiempo como debería ser.
Un semáforo en rojo, un atasco de tráfico, un cambio inesperado en el trabajo, ciertos problemas familiares, etc. están provocándote la misma respuesta defensiva y no sabes bien cómo controlarla.
Te sientes sobrecargado/a de tareas, llevas “el mundo a tus espaldas“… No duermes bien, te duele la cabeza a menudo, creas tensión en hombros, cuello y espalda…
Incluso tu humor cambia, ya no eres la misma persona que solías ser… Estás irascible, ya no tienes paciencia para nadie.
Sé que pensarás: “no tengo tiempo para parar“. Pero si no eres capaz de bajar el ritmo, llegará un momento en que tu estrés se volverá crónico.
Y con él llegarán las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, obesidad, diabetes, fibromialgia, enfermedades autoinmunes, insomnio crónico…
La mejor manera de reducir tu estrés cotidiano es ir introduciendo paulatinamente cambios saludables en tus rutinas diarias.
La mejor forma para que un nuevo hábito más saludable arraigue es que mantengas tu motivación en el beneficio que obtienes y enfoques tu energía en conseguirlo.
No esperes a una crisis para ponerle freno. Manejar tu estrés es algo que requiere disciplina y compromiso.
En esta primera entrega de mis 7 claves para vencer el estrés te traigo algunas estrategias que te permitirán comenzar a lidiar de forma positiva con tu nivel de estrés para que obtengas beneficios desde el primer día.
Eso sí, ten presente que no existen fórmulas mágicas ni a todo el mundo le funcionan igual todos los remedios. Así que ponlos en práctica y averigua cómo te pueden ayudar a ti. Me encantará conocer tu experiencia en los comentarios.
Llevar la atención plena a tu actividad diaria te ayudará a darte cuenta de en qué momentos te encuentras más estresado/a. Y qué te lo está provocando.
Para que comprendas un poco mejor lo que pasa en tu cuerpo en esos momentos y sepas reconocerlos inmediatamente, aquí te explico de manera resumida el mecanismo de respuesta al estrés de tu cuerpo.
Cuando detectan un peligro, incluso antes de llevarlo a nivel consciente, tus ojos y oídos envían la información percibida a la amígdala, un área del cerebro que contribuye al procesamiento emocional.
Ésta interpreta las imágenes y los sonidos e inmediatamente envía una señal de socorro al hipotálamo. Éste a su vez se comunica con el resto del cuerpo a través del sistema nervioso autónomo.
A nivel fisiológico, se producen de forma inconsciente los siguientes cambios:
El sistema nervioso simpático funciona como el “pedal del acelerador del coche”. Para mantener este estado de alerta, el hipotálamo da la orden de segregar las hormonas de cortisol, a las cuales llamamos “hormonas del estrés”.
Cuando el peligro ha cesado, el sistema nervioso parasimpático se encarga de pisar el “pedal del freno” y enviar los mensajes de calma y descanso al cuerpo.
Identifica esos momentos y conecta con tus sensaciones. Su recuerdo te ayudará a mantener tu motivación. Porque una vez que eres consciente de lo que se siente al vivir sin estrés, nunca más quieres sentirlo en tu vida.
Se ha comprobado que mantener niveles bajos de estrés de forma crónica mantiene activado el mecanismo del cortisol, por lo que es como mantener un coche a ralentí demasiado alto y durante demasiado tiempo.
Imagínate los daños que provoca en ti. Limita tu tolerancia al estrés para evitar convertirlo en tu compañero de viaje y ganarás en tranquilidad y salud.
En mi casa decimos siempre “para antes de que tu cuerpo te obligue a parar”. Porque el descanso es una necesidad biológica también, como el respirar o alimentarse, y quizás no le damos la suficiente importancia.
Con esto no me refiero a que te tires en el sofá toda la tarde, que también puedes hacerlo, de vez en cuando claro. Descansar es: practicar un hobby, hacer algo de ejercicio que te guste, quedar con los amigos, irse de escapada, pasear con el perro, ver una película en familia…
Elige la opción que más se adecue a ti y disfruta de tu vida.
Yo me he creado una lista de actividades, clasificadas por duración mínima y otros requisitos, que me ayuda a desconectar rápido. Así, cuando me siento estresada sólo tengo que coger mi lista y elegir una actividad.
Si eres de esas personas que siente que no hacer nada es perder el tiempo y necesitan de actividad constante, te recomiendo leer mi otro artículo sobre la importancia de bajar el ritmo.
Y espero que encuentres el equilibrio entre actividad y reposo que necesites.
En coaching hacemos mucho hincapié en eso de que “el mapa no es el territorio”. Lo que significa que no te creas todo lo que piensas porque tu realidad puede no ser exactamente la realidad exterior.
Por eso, acostúmbrate a mantener cierta actitud curiosa con tus pensamientos, no te los creas inmediatamente. Obsérvalos y ponlos en perspectiva antes de decidir si te son útiles, o más bien tóxicos.
Tus pensamientos no son más que eso, pensamientos. No son reales, no son tangibles, ni físicos. Por ejemplo, puedes imaginar muchas cosas que no son ni reales ni verdaderas, pero para tu mente existen igualmente.
Este es el caso de las preocupaciones. Si permites que los pensamientos de preocupación inunden tu mente, también estarán inundando tu estado de ánimo. Esto te perjudicará porque te sentirás más débil, con menos fuerza para salir adelante.
Otro ejemplo del poder de tu mente: Si alguna vez te sientes mal tras alguna discusión, prueba a ponerte en los zapatos del otro. Tu mente tiene esa capacidad, úsala. Quizás así la próxima vez os habléis distinto.
Si consideras estas 3 primeras estrategias como tu ruta para lograr vencer al estrés y necesitas ayuda para ponerlas en marcha, cuenta conmigo.
Puedes pedirme cita presencial si vives en Cádiz, o por videollamada si estamos lejos.
Y por supuesto, comenta y comparte estas estrategias con quien creas que las puede necesitar. Y no olvides suscribirte para seguir accediendo a recursos super útiles.
¡Nos vemos pronto!
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